Del año 1955 es esta viñeta del dibujante y taxista zaragozano José Cerdá que creó diversos personajes y casi todos ellos caían ante la censura pues en aquellos años era complicado expresarse y mucho más que entendieran la realidad de los textos, unos censores que solo sabían ver fantasmas.
El Tío Zambombo, Mendo y Bruto o esta de La Usebia y el Zequiel fueron tornándose en el diario de la Falange Amanecer. El absurdo matraco aragonés y ocurrente constituía un tipo de costumbrismo que parecía hacer gracia en aquellos años sin humor suficiente.
Durante el franquismo esta imagen se vulgarizó alcanzando lo que se hoy la percibimos como bases absurdas y de humor de las contradicciones que había entre un pretendido desarrollo de aquella España retrasada y el testarudo que no entendía casi nada.