Desgraciadamente, llevamos décadas con estas mismas sensaciones. No es cuestión de cambiar leyes, en serio, es cuestión de cambiar la educación y de proporcionar seguridad inteligente a quien la necesita, con modelos de seguridad pasiva que sean distintos.
Hay que ampliar los sistemas de vigilancia e incluso modificar modelos de control de los violentos.
Y sin duda, hay que trabajar mucho más en los colegios, a base de una educación que de cara al futuro (esto es lento) consiga unos respeto mayores entre personas.
A quien al final le importa muy poco suicidarse y antes matar a los hijos, le importa todavía menos que se suban las condenas de los delitos.
Eso no va con ellos, no les produce temor.
Es verdad que a veces puede suponer que nunca salgan a la calle a repetir, pero el tiempo nos dirá si eso será así o al final tampoco eso se logre.
La viñeta de Chumy Chumez es genial pues retrató una cuestión tremenda, hace ya varias décadas de ellos.