¿Puede ser el caos, algo positivo y bello?


El caos nunca nos parece bueno, si acaso para el Arte; pero en nuestra vida común, al menos, hay que organizar todos los elementos para que el caos no nos lo parezca a nosotros, y sobre todo para que ese posible caos no se lo parezca a los que nos observan desde lejos.

Hay varias formas de caos, y varios grados. Algunos son incluso leves, positivos para quien los controla, y sirven para ser incluso más activos, aunque piensen todo lo contrario quien odia al caos.

También es cierto que no es lo mismo el caos que el desorden. O el orden personal y original, que sería una manera de disimular que estamos a punto de entrar en el caos.

Algo fundamental ante el caos personal es tener capacidad de reordenar, de parar cada cierto tiempo y ordenar las ideas, los elementos, incluso "las cosas" que nos rodean. 

Si somos capaces de ponerlo en orden cada cierto tiempo, eso demuestra que somos nosotros los que gobernamos y dominamos nuestro propio caos, y eso es positivo.

El caos nunca debe significar confusión para quien lo crea. Una cosa es tener caos, que los demás vean caos en nuestro entorno (y no hablo solo de desorden) y otra sería que nosotros mismos lo sintiéramos. 

Si es así, hay que parar y ponernos a ordenar, organizar, limpiar mentalmente nuestras propias ideas.

El caos si se domina puede ayudar a la creatividad e innovación: El caos puede ser un caldo de cultivo para esa construcción creativa e innovadora que desde la razón es muy complicado alcanzar. En un entorno caótico, las viejas reglas y estructuras se rompen, lo que puede dar lugar a nuevas ideas y soluciones.

Los sistemas caóticos, si son adaptables y resistentes al cambio aleatorio, son positivos para algunos ejercicios de exploración. Esto se debe a que están constantemente en evolución y se ajustan a las nuevas condiciones. Pero tienen que ser siempre sistemas caóticos que sean dominados por uno mismo.

El caos puede ser hermoso y complejo y eso lo puede convertir en bello. Desde los patrones caóticos de las nubes hasta los movimientos impredecibles de las bandadas de pájaros, el caos puede crear formas y estructuras sorprendentes. 

A partir incluso de sueños caóticos pueden surgir ideas u obras artísticas que puden ser o no, surrealistas. Y hablo no solo de pintura o dibujo, sino también de música o literatura.