Esta era una pared, un muro de lo más aburrido en un barrio de Zaragoza, enfrente de un pequeño parque. Y alguien dio permiso para que se pintara en un Art Street básico que dulcifica la zona. Parece una decisión que beneficia a todos, y es verdad, nos sirve a los transeúntes, al dueño de la fachada y al artista que ha hecho lo que le gusta.
El Arte Urbano sirve para todos, pues si se hace con buen gusto sirve para humanizar muros aburridos, sosos o en malas condiciones de conservación, aunque no es este caso. Y además pone en valor la zona.