Pocas veces nos podíamos reír con las viñetas de Chumy Chumez, era un humor negro y ácido, real como la vida y casi siempre triste y a veces doloroso.
No entiendo bien por qué hay gente de misa todos los domingos y de mirar a otro lado cuando ven pobres de fuera. Si son obres vecinos, algunos de ellos les ayudan, otros no, pero si hay que hablar de la pobreza que viene, entonces ya se creen que es contagiosa.
El hambre que viene, lo hace por saturación de hambre. Ya nadie quiere irse de pateras a jugarse la vida por un poco de hambre. Lo hacen porque saben que es peor morir de hambre que morir ahogados.
Así que sí, si queremos evitar que vengan, lo mejor es que allí, en donde están ahora, no haya tanta hambre y tengan más futuro digno.
¿Cómo, preguntan algunos? Pues mira, es muy sencillo, si somos capaces de hacer guerras y matar a miles y miles de personas solo por si un país entra o no entra en una Asociación de países, más fácil tendría que ser resolver el hambre de una puta vez, y no a base de esquilmarles los diamantes, las mujeres jóvenes o los productos naturales que nos sirven a nosotros para jugar con los teléfonos.
Eso se llama Justicia de las posibilidades económicas de cada territorio. Todo no podemos tener. Si optamos por sacarles casi gratis el diamantes, coltán, cobre, litio, oro, cobalto, fosfatos y prostitutas jóvenes y baratas, tendremos el hambre dentro de nuestras ciudades.