Nos gusta repudiar la violencia pues así quedamos bien. Nos gusta no ser violentos en apariencia, pero mataríamos para NO serlo. Ahora en que ya hemos asumido que la violencia crece un poco todos los días, nos queda intentar adivinar el siguiente paso. ¿Contra quien? Vamos a pensarlo un poco. No por necesidad, sino por cansancio, pues ser violento agota.