Este anuncio de Tráfico, de este 2024, tiene todos los componentes acostumbrados de impacto emocional, buen trabajo artístico y de publicidad, de saber llegar aunque sea para poco resultado positivo.
Como sociedad nos cuesta aceptar las normas, las prohibiciones, principalmente por una falta de educación cívica. No nos resulta fácil en nuestra Cultura aceptar las normas, incluso aunque sean por nuestro propio beneficios.
Por eso a la hora de confeccionar leyes o modificar las que ya tenemos, se debe analizar el componente sociológico de su necesidad y su conveniencia, pensando sobre todo en los presuntos o probables delincuentes.
Las normas y leyes se modifican para cambiar actitudes, para evitar delitos. Para que el castigo disuada al que se salta la Ley.
Si los que deben hacer caso no quieren escuchar prohibiciones, hay que trabajar mucho más los procesos lentos de la educación, de la presión social de todos, compartiendo los entornos las acciones de defensa.
Hoy escuchaba a unos familiares justificar la violencia de un hijo y dos nietos contra su madre y exesposa. Lo normalizaban y hacían cambiar el marco mental del problema, sin darse cuenta de ello, pues les faltaba asumir el problema.
Si una madre justifica la violencia de su hijo y nietos contra la figura de la madre, falla la educación en ese entorno desde hace décadas.
A estas personas, a las que no cumplen, les da igual un cambio de leyes, son incapaces de obedecer por muy diversos motivos que todos conocemos o intuimos. Son incapaces incluso de entender.
Cambiar las leyes para todos es un error pues a quien deben afectar los cambios no les afecta. Es la sociedad la que debe modificar conceptos de colaboración, de NO silencios.