El futuro de los libreros depende de todos nosotros


Ser librero en estas décadas es una profesión complicada, de riesgo casi por su baja rentabilidad. No es fácil vender libros con los competidores tan brutales en forma de libros de segunda mano o de ventas por internet.

Una librería tiene que ser ya algo más que un local de venta de libros. hace años que ya era un lugar de consulta, de asesoramiento, de ayuda, de compartir literatura y de potenciarla, y de dar a conocer novedades y autores.

Ahora toca otra vez reinventarse, dar otra vuelta de tuerca pues confiar en tus propios clientes no es suficiente por varios motivos. hay un recambio generacional que empuja y hay que pensar en todos ellos.

La literatura infantil y juvenil parece que funciona bien. Hay que seguir buscando opciones. Las editoriales tienen que entrar en esas dinámicas de apoyo. Y las librerías deben buscar libros temáticos de editoriales alejadas de sus zonas comerciales, aunque eso no siempre sea sencillo.

He visto librerías con estilo que se vuelven temáticas por trimestres, no toda ella sino espacios que llaman "Rincones" para cambiar cada cierto tiempo incluso la decoración de parte de sus espacios. hay que trabajar el libro raro, curioso, minoritario, aunque eso no suponga beneficios en el acto, para sembrar a pérdidas servicios que ayuden a la fidelización de los clientes.

Hay que trabajar las Redes Sociales, crear eventos, presentar libros aunque sea sin autor, pero que no sean habituales en su ciudad, hay que trabajar más las Universidades y las personalidades de cada ciudad.

¿Es fácil? Noooo. Pero algo novedoso hay que intentar, pues el mundo siempre es complejo, y ya sabemos de varios oficios y servicios que han ido desapareciendo en las últimas décadas.

Ajovín