Hay muchas maneras de engañarnos, incluso las hay para dejarnos engañar con cara de pavo. La más eficaz de todas ellas es que quien te engañe aparezca como alguien que sabe bien qué te está vendiendo, aconsejando, mediando, informando.
Si además te ofrece un certificado de algo real, entonces ya las opciones de caer en la trampa aumentan.
Un buen periodista conocido, puede decir mentiras auspiciadas por su trayectoria. Pero tiene que medir mucho y muy bien cuantas a la semana, y de qué tipo para no perder su credibilidad. Es así de sencillo.