Cuando no tienes claro quien es el enemigo de verdad, si eso depende de quien es el primero que dispara a matar, de quien te bombardea, y no de con quien tienes odio nuevo, aunque hace poco fuera tu vecino, es que todo falla.
El Roto nos dice con acierto que: "Si tu aliado se convierte en tu enemigo, haz que tu anterior enemigo sea tu nuevo aliado".
Cuando hablamos de cambiar de bandos y de orillas, sin razones ni razón, eso no funciona. Nunca. Es siempre cuestión de tiempo que se rompa otra vez la cuerda del acuerdo.
Si para llegar a un Alto al Fuego, antes tienen que morir decenas de miles de inocentes, es que algo estamos haciendo mal.
Tan mal, que es imposible tener garantías de que los nuevos viejos vecinos, se vuelvan a respetar. Y hay que decirlo así de bajito. Aunque siempre es mejor un mal Alto al Fuego, que una Guerra Eterna.