La concupiscencia es el deseo de bienes terrenales


Si, si, lo sabemos, la concupiscencia es el deseo de bienes terrenales y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos. Somos pecadores, muy pecadores.

Sobre todo los que ansían los dineros, los poderes, las violencias contra otros seres vivos, los desprecios a los prójimos.

Somos pecadores incluso por verlo y callarnos.

Y sí, lo sabemos también, no sirve de nada recetar ecografías, pues los poderosos salen siempre velados, negros, en los Rayos X y en los ecógrafos más modernos. 

Tampoco sus ansias de poder se ve en los análisis de sangre, pero en cambio se les nota en su cara, en sus ansias por ser muy Poderosos. Ningún Poderoso tiene suficiente con una dosis de Poder, quiere todas las dosis posibles.

Contra todo esto solo sirve una gran verdad. Tenemos que tener más educación formativa, incluso más educación social. Saber comportarnos y no querer abusar de los débiles.

Ya, también lo sé. El Buenismo no está de moda, es más bien un insulto. Somos lobos de nosotros mismos. Pero que los lobos esteparios. Nosotros mordemos por placer de sentirnos poderosos.